Borges se acercó a mi escritorio un día y me contó la inverosímil historia del libro de arena.
Yo no pude fijarme en la computadora para no alarmarlo. Pero, sabía que años más tarde Guillermo Martínez usaría en Borges y la matemática una analogía para comparar la misteriosa aparición de las páginas en el libro de arena y los números racionales.
La cuestión es que no es nada fantástico pensarlo de esa manera, por lo menos en un primer momento, fijate:
Hay siempre al menos un número entre otros dos números cualesquiera.
Con displicencia, las personas aceptan —casi de inmediato— el carácter verdadero de la afirmación, total... son números y expresados así, en la etérea materialidad del pensamiento, parecen inofensivos. Incluso las personas que sufren a la hora de realizar un cálculo mental, no demoran en decir: "claro".
Los sueños lúcidos de un bibliotecario escolar conjuran la posibilidad de la aparición de un nuevo volumen entre otros dos cualesquiera.